La trazabilidad —el proceso por el cual se realiza el seguimiento de las materias primas y los productos acabados desde su origen hasta el usuario final— es un factor clave de la visibilidad a lo largo de la cadena de suministro. La trazabilidad upstream y downstream, se hace efectiva a través de la tecnología digital y de datos armonizados procedentes de todos los integrantes de la cadena de suministro. Este proceso suele ir más allá del punto de venta y facilita el análisis del ciclo de vida de los productos.

Cada vez son más los sectores que confían en la trazabilidad para lograr diferentes objetivos, como la gestión de la retirada de productos, la sostenibilidad, la lucha contra las falsificaciones y los mercados paralelos, y el compromiso con los clientes. La trazabilidad también optimiza la fabricación Just-In-Time (JIT), la colaboración en la cadena de suministro y la capacidad de responder a las demandas del mercado sin generar residuos ni excesos de inventario.

Por lo tanto, garantizar y optimizar la trazabilidad es un objetivo clave para los principales fabricantes. Debido a la presión incesante de los clientes y los organismos reguladores, está aumentando la demanda de pruebas de procedencia, autenticidad y conformidad de los productos. Los fabricantes más competitivos son aquellos que se adaptan a las nuevas exigencias y tendencias sin aumentar los costes, ofreciendo al mismo tiempo una gran experiencia de marca.

En esta guía descubrirá los principios básicos de la trazabilidad para los fabricantes y los cinco pasos clave para lograr el éxito, así como las principales características que debe buscar en un socio tecnológico.